(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});

Translate

La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

sábado, 12 de septiembre de 2015

Arepas y Hamburguesas




Hay cosas o situaciones que pueden identificar a una zona, región, país o continente como un lugar original, interesante o autóctono. Al momento de observar una arepa de maíz, seguro dices: -¡Eso es nuestro! ¡Venezolano!; hasta sale a relucir el “más criollo que una arepa”. Uno considera que eso es de uno. Pero cuando te enteras que es un país vecino como Colombia, también se come, uno dice: -Naaaaahhhhh me engañaron.

  Quizás pierda interés u originalidad una cultura si se reconoce que no tiene algo tan original como su desayuno mismo. Por su parte, ¿Qué hay de las hamburguesas?  No son latinoamericanas, pero al menos vienen del norte de nuestro continente. Es probable que ni se piense en esto cuando el hambre ronda la boca del estómago.

Que si doble queso, pura papa, Big Mac, o con cualquier cosa que se le atraviese en el camino, tal vez usted ya la haya probado. Ahora bien  ¿Por qué mencionar acerca de ambos platos culinarios? (peculiarmente ambos se comen sosteniéndolos con la mano y NO con cubiertos como otros). Lo primero que se me viene a la mente es…que tengo hambre. Lo segundo…que aún tengo hambre. Lo tercero sí es más concreto y serio. Menciono ambos platos de comida rápida ya que, de una forma algo poderosa, son la máxima expresión de Amor (o al menos una) que puede reflejar una madre por su hijo.
-Uuuuiiisshhh  ¿Cómo así, vea?- diría un colombiano.

Resulta que toda madre nunca va a querer que sus retoños pasen hambre en la calle. Es entonces cuando llegan y preparan una de esas arepas, mi hermano. ¡Grande y resuelta! Que si una reina pepiada[1] o una arepa normal, sin un relleno espectacular, pero con la cantidad de masa necesaria como para estar desde las 6am hasta las 2pm sin que te den ganas de comer.

[1]Relleno específico a base de Ensalada de Gallina y Aguacate.
 

Debido al Amor que puede tener una madre, toca ser lo suficientemente fuerte como aguantar la burla o el CHALEQUEO de tus amigos ante el tamaño de una arepa.
-¡Na’ guaaaaaará e’ arepa! ¿Y ésa rueda de camión?- créanme…no ta’ fácil.   

           Peor aún es llegar a entender esta sociedad venezolana machista, en la que todos los hombres (en su mayoría) nos las podemos tirar de los más arrechos, pero nos toca cargar una arepa envuelta en aluminio para ir a trabajar.

           Los obreros estadounidenses, una lonchera (quizás con una hamburguesa adentro, como plato típico de ellos). Pedro Picapiedras, con su costillal de broncosaurio al lado del tronco-móvil.  El obrero venezolano, una arepa envuelta en aluminio. ¡Y a tempranas horas del día! El chalequeo del año. Amor…amor de madre. O bien sea de la abuela, tía, novia, hermana, amiga, vecina, nieta, etc.
                                                                               
                                                        Amor… de la mujer venezolana.   

1 comentario: