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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

viernes, 22 de diciembre de 2023

La última carta en Navidad

 “Te mandaron una carta, mujer, y yo la recibí. No la quise leer, porque allí
comprendí…”♫(Binomio de Oro,1996)

Antes de venirme de viaje, ante las imposibilidades del tiempo para venir a ver a mis familiares y presentarme a mi trabajo al mismo tiempo, me tocó escribir una carta (que tenía tiempo sin escribir una carta) para decirles adiós, goodbye, arrivederci, sayonara, au revoir.

¡Entonces, claro! Ahora que tengo tiempo libre y menos dinero, me monté en este bus esperando llegar a la frontera antes de la llegada de Santa Claus o el nacimiento del niño Jesús. Supongo que todos estamos corriendo contra el tiempo. Bueno, los renos “vuelan” según la mitología mojonera de los escritores católicos del pasado, el niño Jesús pasará del vientre materno puro mágico-religioso in-vitro,(sin in-vitrar al padre patriarcal opresor a hacer acto respectivo fecundatorio presencial) a este mundo lleno de muchas personas y poco tiempo para compartirlo, y yo, mortal, creyente, desempleado y con un lápiz, esperanzado que este chofer nos lleve con bien.

-¡Hola señor agente!

- Papeles, por favor.   

- ¡Tengo para ir al baño, para lo del pasaporte ahí en el consulado, y papel lustrillo, usted sabe! ¡ Pega Elefante, una bandera, una cosa!

-¿Ah, conque graciosito el ciudadano?

- ¡Estamos en navidad, hermano! ¡¿Qué quieres que te diga?! ¿Que voy para un nascimiento?

-¡Calabozo contigo, chico!

-¡Sí, ajá, pero déjame te explic…!

-¡Calabozo contigo, chico!

 

En estas épocas navideñas, es cuando más nos pega en el alma, el querer estar con nuestros familiares. Sea por costumbre familiar, costumbre nacional, costumbre intercontinental, qué sé yo. Ahora, hay ciertas fuerzas públicas o laborales, que no permiten que estemos con nuestros allegados en los momentos oportunos.

Fíjense que así será la importancia del lápiz y el papel, que hasta a los presos les permiten escribirle a sus familiares o dealers, lo que sea, cuando están presos de su libertad. Yo no he estado preso. Retenido sí, pero preso no. Es lo que he escuchado y visto en mi vida.

Y ya que estamos en navidad, es notorio que sea la única fecha del año en la que se promueve la escritura en los niños, disque para pedirle al niño Jesús (que viene naciendo), en confabulación con Santa Claus (que viene llegando), para que, porfa, ajá, les traiga a los pequeños de la casa, algún regalo que ellos han podido estar anhelando, indiferentemente de su comportamiento conductual durante el transcurso de los últimos once meses.

Pero si te toca renunciar a un trabajo, una institución o una nacionalidad, ah, te toca escribir una carta, cuando estamos acostumbrados es a pedir, no a despedirnos de algo. Si vas a un restaurant, agarras la carta es para pedir un plato en particular, no para despedirte. Si acaso, para despedirte de la dieta, si acaso.

Como los tiempos han cambiado tanto, ya nadie escribe cartas de amor. Somos pocos los que quedamos con esa costumbre. Ahora…entregarlas…otro peo. ¿Ajá y si queremos declararle nuestro amor a una persona invidente? ¿le escribo una carta en método Braille o le mando una nota de voz? ¡Dios, o niño Jesús, como sea, tengo que hablar contigo!

Estoy desempleado legalmente, así que si algún emprendimiento necesita que le escriba algún menú, alguna carta, o propuesta culinaria para sus comensales, no olviden dejarme en la cajita de coment…¡Ya, ya, ya! ¡Esa pendejada denota más cosas que menos cosas! ¡Adieu!


Imagen tomada de: https://corresponsaldepaz.org/2020/03/31/presos-de-toda-espana-envian-mensajes-de-animo-a-quienes-estan-ahora-confinados-por-la-cuarentena-del-covid-19/