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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

sábado, 24 de septiembre de 2016

La sociedad ballena

Desde hace mucho tiempo (como 18 años exactamente) el planeta tierra entró en un estado cíclico, retrógrado, antagónico a lo que uno conocía como: normalidad. El poder de los vientos delicios del norte, en conjunto con los vientos lambucios del sur, hicieron que el pedacito de tierra en el que se encuentra mi país, entrase como en trance (que vendría a ser mi definición teórica-técnica, científica y académica del asunto).

Cuando no tenía conciencia de las cosas, los casos ni las casas de las otras personas, solo creía en la existencia de Dios y de esos seres que viven afuera de nuestro planeta. Esos seres llamados “extra-terrestres” que, según creyentes, existen. En la televisión, veía como dramatizaban su llegada a la tierra y absorbían a las personas con un rayo espacial (otra de mis definiciones técnicas) y suuuuuiiisssshhhh[1], eran llevados por los extraterrestres.
[1] Técnicamente, así suena el sonido del rayo espacial…técnicamente.

Ahora bien ¿Por qué recuerdo esto y lo escribo a colación? Pues, con tanta gente yéndose de nuestro país, porque quieren, porque pueden, porque DEBEN, pues comienzo a sentir que este pedazo de tierra está quedando desulado. O sea, con el sol a un lado del planeta. Los que están afuera, que ya salieron suuuuuiiisssshhhh, como succionados por un rayo espacial, seguro están en el lado del planeta donde ilumina el sol. De este otro lado del charco, del lado desulado, quedamos como en tinieblas (¡ojo! así comenzó “la creación”…a según…). Todo vacío, a obscuras, con gente que ya no ve a los ojos. Ya no tienen  ojos porque no los necesitan. Somos una nueva sociedad. Nosotros. El pedacito de tierra.

Los que estamos aquí porque queremos, porque podemos, porque NO podemos, porque deberíamos poder, simplemente estamos. Me atrevo a escribir que involucionamos (o evolucionamos, depende de lo que me diga la gente de Discovery Channel) a una nueva sociedad de venezolanos: la sociedad ballena.

Una sociedad que, a obscuras por no tener luz en este lado del mundo, se comunica mediante ultrasonido. Somos como ballenas desnutridas, o sea, delfines. A falta de pollo, carne u otras cosas que comían los humanos, nos alimentamos a punta de sardinas. Mientras no sean suuuuuiiisssshhhh…por los extra-terrestres.

Los extra-terrestres quizás sí existen. Con rayos espaciales y todo. En un nuevo planeta, una nueva sociedad, con una nueva abuela en su plegaria, con gente haciendo las cosas distintas. Las ballenas, en cambio, se la pasan en el fondo de las profundidades de los mares solos, solas y desoladas. Aquí, también estamos ubicados en el fondo. También estamos solos y, al parecer, se están acabando las sardinas.

Nunca había entendido la naturaleza animal. De hecho, nunca había entendido muchas cosas. Pero en este océano en el que vivimos, puedes observar como individuos actúan como las grandes ballenas azules o los tiburones ballenas, que abren sus bocas y consumen plancton (son seres vivos súper microscópicos, pequeñitos, efímeros, imperceptibles al ojo humano…pero alimentan). En este pedazo de tierra, hasta observas pirañas, caminando con cédula en mano y haciendo colas. Donde les digan que llegó un producto (o que se acabó un producto), inmediatamente se les activa ese instinto de sacar los dientes y echarle muela a lo que se les atraviese. No puedes sacar un pedacito de comida o algo porque “cha-cha-cha”, te lo quitan. Malvada conducta animal.

En este lado desulado, con derrames cerebrales y petroleros por doquier, lo que queda es seguir nadando en estas aguas. Hay quienes tienen menos esperanza que Dory con su “♪nadaremos, nadaremos♫”, aun cuando hay gente, aun aquí, tratando de hacer algo.  Recuerdo que en Buscando a Nemo, Dory sufre de problemas de memoria, cosa que yo no veo como un problema, sino como un poder muy genial. Porque debe ser muy genial, si uno pudiese olvidarse de todo lo que lo rodea. De los que han sido succionados por un rayo espacial, del sabor de la sardina frita con limón, del sabor de la sardina frita…cuando no es freída. Del agua contaminada que con tanta sed nos estamos tomando. Todo, por ser de esta sociedad…la sociedad ballena.

Estamos en contacto, quizás en un próximo relato, si no es que…

-Epa ¿y esa luz…?- suuuuuiiisssshhhh