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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

sábado, 23 de abril de 2016

El librito de Pacotilla

      

Durante esta semana del libro, en honor a susodicho objeto y a su Día Internacional en este mundo, me puse a pensar en cual libro es el más peligroso y hasta cual se realizó primero. El análisis mental sobre estas incógnitas, comenzó cual guerra entre Dios (o cualquier otra fuerza suprema en la que usted crea…) y Lucifer ¡Sí! ¡Lucifer!

Yo me imagino que, rodeado de ángeles allá en el paraíso, todos sin nombre, fastidiados, ya que todo es “perfecto”, llega un supuesto “creador” y te asigna el nombre de…Luci…y lo remienda con…Lucifer… ¡es como para generar una guerra!! Hasta para lanzarle un cambio de gobierno a alguien, en términos celestiales.

-¡Ah! ¿Me vas a llamar Lucifer?- y ahí comenzó el problema entre el bien y el mal en el Jardín del Edén, engañando a la pobre Eva, con una manzana a precio “injusto” (aunque Lucifer nunca le cobró, ella pagó el precio por “lambucismo celestial”) y una parranda de consecuencias negativas.

Ahora bien, el análisis mental inerte a mí,  se produce en base a dos objetos llenos de veneno dentro del universo literario: la Biblia y el famoso libro “Mi Jardín”. Con la Biblia, al no interpretarla correctamente (no sé qué rayos signifique esto) se puede llegar a manipular a personas acorde a una falta de algo, justificando una cierta paz “espiritual”, por dejarse llevar por las ideas de otros. Quizás yo esté equivocado, tal vez necesite interpretar mejor la Biblia. Pero ¿Por qué considero al mísero librito de pacotilla “Mi Jardín (al lado de la Biblia), como un objeto lleno de veneno? Simple.

Hay personas que “leen” las cartas. Hay personas que “leen” las gacetas hípicas. Hay personas que dicen “leer” el pensamiento. Los más extremistas o alejados de la religión, “leen” hasta las manos. Entonces, yo me pregunto dentro de mi pequeño cerebro tercermundista…si con el mísero librito de pacotilla “Mi Jardín”, solo aprendo a  leer las letras del sistema lingüístico castellano, ¿cómo hacer para aprender a leer estas otras cosas venenosas pseudo-místicas? Creo…creo… que no estamos aprendiendo a leer lo que los demás dicen que saben leer.

Sin embargo, si con aprender a leer las letras del sistema del alfabeto latino o romano (en latín tardío, Abecedarium Latinum[1]), para leer sílabas, para después leer palabras, para luego leer oraciones, de esta forma poder leer párrafos, para así llegar a leer textos, para luego leer libros (como la Biblia…), discúlpenme hermanos- sin buscar que suene religioso, lo de “hermanos”- pero creo que este librito tiene más veneno entonces que la misma Biblia. Con el conocimiento al alcance de la mano, se le puede refutar a cualquiera que intente engañarlo a uno, ya que se puede ser una persona alfabeta[2]. Incluso literata, queridos hermanos.
[1] Gracias Wikipedia. Gracias.
[2] Persona que sabe leer y escribir. 

Si Eva, de haber sido una persona alfabeta o literata, habría sabido que los animales no pueden hablar, NO le habría hecho caso a Lucifer, transformado en serpiente, y nos hubiésemos ahorrado todo esto de la escasez, el bachaqueo, los precios del petróleo, la Tigresa del Oriente, la escasez del papel de imprenta, la Vinotinto sin ir al Mundial de Fútbol de la Fifa masculino  ¡en fin! Todo esto, por no tener a la mano un mísero librito de pacotilla…allá en el jardín celestial.

Esta es mi resolución mundana sobre cuál libro es más peligroso, a partir de lo que he interpretado en el Génesis de la Biblia ¡pero basta! Mejor me voy a preparar un arroz a la jardinera. ¿Dónde estará el libro de las recetas, por cierto? Vamos a ver si puedo entender las instrucciones.

¡Feliz Día Internacional del libro y del Idioma, querido librito de pacotilla!