La señora Leyenda,
esa viejita que parece saberse todos los trucos para surgir en la vida y
esquivar las balas del odio ajeno, se me presentó, mientras me compraba un
parley en el kiosco de la esquina y me dijo:
-Tengo algo que contarte.
-¿Es el parley ganador? Mira que tenía tiempo sin jugar y no
sé si eso fue bueno, como quién dice “la medicina es peor que la enfermedad”.
-¡Concéntrate vale…que esto es serio!
-¿Ah usted cree que los parleys no son serios? Mire que la
ganancia en mi bolsillo discrepa mucho de lo que predica usted.
-¡Woooou wooou, calma muchacho! Yo no estoy predicando nada ¡Zape
gato! Eso sí…tengo algo que contarte.
-¿Billetes? ¿Los pollitos antes de nacer? ¿Las ovejas antes
de dormir? ¿Los heladitos “de teta”, esos que venden en la esquina de l…
-¡COÑO CALLATE! ¡No soy grosera, pero es que te pasas de
necio! Escúchame… es posible que…-
-Vamos a respetar… ¡Pensionada ‘er carrizo! Nojoooo’ uno aquí
jugando tranquilo y me viene a mandar a callar. ¡‘Jodasssss!
-Bueno ya, pues. Disculpa. ¿Sí? Lo que pasa es que desde hace
tiempo, he estado contando cosas importantes y pues nadie me presta atención.
-¿Por quién votaste?
-¿Ah pues? ¿Tú eres
loco, Ramón? Yo soy la eternidad, el infinito, vengo del cosmos y no hago
cola. Yo soy el sueldo que siempre alcanza. La sonrisa en ese niño que ríe sin
razón. Pero…¿Por qué la pregunta?
-No, nada. Pensando unas cosas aquí.- (riéndose en forma
malévola y algo silenciosa)
-Ok. Te cuento. La cosa está bien ruda en Venezuela. Antes,
los carritos de mercado alcanzaban para todo. Un buen desayuno, un buen
almuerzo y una buena cena. Los carritos por puesto, ya no se dan abasto para la
cantidad de personas, porque no hay repuestos. Los carritos de helado sonaban a
diestra y siniestra en cada cuadra y cada campo de béisbol. Como será, que hasta hace poco, los carritos
de…
-Toma. Juégate este equipo a ganar y éste, Súper Rulay. Ese es fijo para hoy.
-¿Ya va? ¿No te interesa lo que te estoy contando? Escúchame,
que lo del carrito es importan…-
-NO es que no me importe, pero ya van a comenzar los juegos
deportivos. Además, dime algo que no sepa de Venezuela. Yo quería montar un
puesto de perro-calientes. Un carrito, pues.
-¡PERO ES QUE DE ESE CARRITO, FUE QUE VINE A HABLARTE, CONCHALEEEEEEEEEEEEEE!!!
- ¡Aaaaahhhhhh pero
diiiiimeeee! Epa, esa información no debe “jugar carrito”. ¿No?
-Para nada, chamo. Pilla la broma…lo que va a pasar es…y
entonces…
Y así volví a abandonar los juegos de Parley. Por algo
que me contó la señora Leyenda, antes de irse a cobrar la pensión del destino.
Espero que me alcance el carrito en el futuro.