El 6-D, la historia venezolana, esa que unos odian y otros idolatran, tomará un vuelco indetenible, ya que probablemente habrá Ley Seca y no podrá tomar, nadieN, otra cosa. Me gustaría tomar un buen consejo e incluso invitar a tomarnos de la mano, todos, pero… ¡hay gente que me cae mal y hay gente a la que yo le caigo mal! Entonces quedémonos con nuestras manos quietas y… ¡no ha pasado nada! El supuesto vuelco radica en que, el sexto día, ese sexto día, será monstruoso, poderoso, histórico…ya que…ese día…cumpliré los dieciocho años de edad y podré ir a comprarle los cigarros a mi papá. Ya va… ¿Qué pasó? ¿Qué pensaban que iba a pasar ese día? ¿También cumplen años?
De ser así, les tomo la palabra y
armamos el rumbón, juntos, y nos ahorramos[1]
algo de dinero pa’ las hallacas. ¡Qué nostalgia me da esa palabra…
hallaca…ammmm…!! Hace unos años ya (no voy a decirles que tengo veinticinco
años, para que sigan pensado que tendré dieciocho… buaja-ja-ja) recuerdo haber
tomado un curso de Historia Universal
cuando estuve en el liceo. Que si los imperios de Europa, que si una bomba que
no tenía crema pastelera por dentro, sino un átomo-una cosa toda ínfima,
efímera, pequeña- que si la cruzada de cuando “Noséquién” por la religión y
hasta un caballito de madera, que fue un regalo, y “desFarató” algo importante.
En fin, sé algodón[2],
ya que leí bastantes tomos, puesto que no existía Wikipedia ni El Rincón Del
Vago (¡Sí existían! solo que para nosotros no era posible en aquel momento).
Recordé que el 6-D, o sea, el 06 de agosto de mil nomeacuerdo, fue lanzada una
bomba atómica sobre la isla de Japón, por parte del imperio que no era el
imperial milenario, sino el imperial del Tío
Sam, o sea, el de los gringos.
[1] Que palabra tan graciosa ¿verdad?
[2] Palabra que en jerga callejera,
significa: algo.
¡Esa cosa infernal (hablo de la
bomba, no de la crema pastelera), tomó por sorpresa a los nipones! Ni chance
tuvieron de ponerse a salvo ni de tomar algo para taparse, de esa onda
expansiva y la fatídica radiación. (Cabe acotar que- estando en el octavo
grado- una vez, mientras filosofaba sin saber que lo estaba haciendo, tomé una
hostia en la iglesia, y me pregunté qué habría pensado Dios ese día, viendo lo nefasto que actuó el ser humano sin
consentimiento alguno…el día seis…) Por cierto ¿qué habrá hecho Dios? ¿Se habrá alegrado por ver cómo el
hombre alcanzó un nuevo nivel de pensamiento…o se habrá molestado, por cómo fue
usado el libre albedrío? Porque…el que nos dio el libre albedrío fue él/ella[3].
[3]
No me cierro a la posibilidad
de que sea mujer y que nos hayan charleado los religiosos, toda nuestra vida.
Ahora bien, muchas veces en la calle me he encontrado con personas que, cuando comienza uno a hablar de valores, la sociedad venezolana, nuestro descalabro social o de algún fallecido o conocido a manos del hampa, rápido sueltan la cuasi apocalíptica oración: -¡Yo lanzase una bomba atómica pa acaba’los a to’ítos!
Ahora bien, muchas veces en la calle me he encontrado con personas que, cuando comienza uno a hablar de valores, la sociedad venezolana, nuestro descalabro social o de algún fallecido o conocido a manos del hampa, rápido sueltan la cuasi apocalíptica oración: -¡Yo lanzase una bomba atómica pa acaba’los a to’ítos!
¡Calma pueblo, calma! Yo sé que eso
es lo que anhelamos los idealistas[4],
pero tampoco así. Yo entiendo que estemos como la Ciudad Gótica (Gotham) de Batman,
pero algo mejor que dicha acción norteamericana debemos tomar. Además ¿¡Cómo
rayos vamos a hacer una bomba atómica!? ¡Si no conseguimos ni repuestos para
los autobuses de transporte extra-urbanos, inter-urbanos, extraterrere-urbanos
¡NADA!
[4] La destrucción de todo lo malo en
nuestro mundo. ¡Ojo! Menos el vallenato…porque…a mí me gusta…y no es malo.
Yo le apostaría una bomba mucho más
simple. ¡Una bomba Atolística!
-Ato…
¿¡Quéééééé!?
-¡Atolística!- (por favor, no comiencen a pensar en atol.)
Yo propongo que el 6-D (el que se
nos viene a nosotros en Venezuela) lancemos una bomba “Atolística”, o sea,
atómica… ¡Pero Lingüística! ¡Sí!
¡Lingüística! Para que el venezolano corrija, no solo su forma de hablar o de
escribir, sino que se comporte de una mejor manera (como bien lo dictaba Carreño en su manual) y sea un mejor
venezolano, ese compadre que le brinde a uno, unas cajas de…de… ¡de fósforos!
¡Sí! ¡De fósforos! Que están tan caras. O esa chica que le brinde bombas rellenas a
uno, cuando se tenga hambre (no ya va…la idea no iba por ahí…). ¡Eso sería una
buena bomba! Que comencemos a reconstruirnos de este mazacote social al que
llamamos país, lleno de horrores ortográficos en las calles y errores mentales
al momento de hablar, más aún cuando se quiere hacer país…en este potencial
atómico al que llamamos Venezuela. Sal y lanza tu Bomba Atolística este
6-De diciembre…y aprovecha y bríndale a alguien una bomba… ¡Pero de pastelería!
Que aquí no tenemos cultura suicida “por una mejor vida”, como los iraníes,
iraquíes, israelitas ni los kamikazes, para estar regalando bombas –de las que
explotan- como la que le regalaron… de mala fe, un 06 de agosto de mil
novecientos cuarenta y cinco…a los japoneses…yo quiero un mejor regalo…
Espero mi regalo!!jajajaja Está genial...
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