Eran tiempos aquellos, geniales, locos, los de antes. Que
podía llegar y ver lo que tenía y…sonreír. Lloraba, pero de la alegría. No le debía
nada a nadie. Cuando era pobre, no tenía nada. Recuerdo esos momentos del
pasado, cuando era pobre. Cosas como ver, que a la hora de comer no entraba a
los restaurantes, porque “disque” era pobre, son cosas del pasado. Cuando era pobre, más de una vez, me tocó
montarme en un autobús para escuchar lo que estaba de moda en términos musicales,
en la radio. Romeo Santos, “Guan direpchon” y otros, hoy ya no son problema
para mí. Cuando era pobre, no tenía televisión por cable. Me montaba en los
autobuses Yutong, para ver que
pasaban en sus pantallas (indiferentemente de ir sentado o parado). Cuando era
pobre, dormía con un ventilador encendido toda la noche, porque no tenía aire acondicionado.
Hoy, todo eso quedó en el pasado. Cuando era pobre, la educación valía mucho,
solo que yo no le paraba. Cuando me iba muy mal, pagaba las materias y seguía hacia la consecución de mi título. Gracias
a Dios, hoy ya no pago nada. Cuando era
pobre, ingresaba a las clínicas privadas y me sentaba en las “salas de espera”
y… esperaba a refrescarme con el aire acondicionado. Cuando era pobre, me la
pasaba leyendo periódico, ya que estaba
cansado de leer las cajas de cartón, donde venían los electrodomésticos, que
los ricos tiraban en las calles. Hoy, gracias a Dios, ya no hago nada de eso. Cuando
era pobre, a las empanadas les agregaba salsa tártara o salsa de queso, o salsa
de cualquier otra salsa. Cuando era pobre, me tomaba una cerveza y se me
olvidaban los problemas. Cuando se acababa esa cerveza, me tomaba otra. Eso hacía,
cuando era pobre. Cuando era pobre, sacaba copias de los libros, porque no tenía
pa’ los libros. Sacaba copias, porque cuando estudiaba, los profesores me
mandaban a sacar “las copias”. Cuando era pobre, salía a trotar, para observar
a las demás personas trotar y ver lo que estaba de moda, en cuanto a fashion y marcas de zapatos. Cuando era
pobre, escuchaba vallenato y lo defendía. Escuchaba cualquier otro género
musical y…lo defendía. Hoy, ya no hago nada de eso. Cuando era pobre, me la
pasaba dándole la vuelta a los autobuses, en el terminal, para atajar las bolsas
de basura de los desadaptados que arrojan las bolsitas de “chupi-chupi” y Doritos por la ventana. Gracias a Dios,
hoy no necesito esas meriendas. Cuando era pobre, solía ir de supermercado en
supermercado, buscando productos para llegar a casa y mostrarles algo a mis
allegados. Hoy, no hago cola un coño y no camino nada, para no mostrarles nada
a mis allegados. Que se jodan mis allegados. Cuando era pobre, agarraba carritos
por puesto, para llegar a cualquier otro lado, porque no tenía carro, ni
carrito. Hoy, no juego carrito. Cuando era pobre, tomaba refresco, en vez
de Tang,
Zuco, Nesquik , Culey, FrescAvena,
Toddy, Ovolmatina, porque me daba
flojera preparar las bebidas. Cuando era pobre, me la pasaba mendingando
moneditas de un bolívar (porque no enriquecían ni empobrecían a nadie), para
poder medio sub-sistir. Cuando era pobre, iba a la casa de mis amigos para
jugar videojuegos, porque no tenía videojuegos para jugarlos. Cuando era pobre,
esperaba a que se cayeran las ramas de las palmeras, para tener con que barrer
el suelo. Hoy, ya no hago nada de eso. Cuando era pobre, solo me ponía un pantalón
cuatro días seguidos y franelas dos veces seguidas, a la semana. Hoy, nada de
eso ya. Cuando era pobre, solía escuchar las cadenas presidenciales, para ver
que aparecería en mis pesadillas, aun cuando no estuviese durmiendo. Cuando era
pobre, dejaba de tomar medicamentos, para no gastar lo que tenía ahorrado, y
tomarme mis cervezas. Cuando era pobre, mi esperanza más remota para hacerme
millonario, era jugarme un parley. O un Kino
Táchira. O un Súper Cuatro. O un Lotto Quiz. Triple Gordo, de vaina. Hoy, ya no vivo de eso.
Hoy, después de tanto esfuerzo, lucha, sacrificio, una
cerveza, lucha, esfuerzo y más lucha, es una lástima ver que no soy pobre. Hoy…soy
más pobre que antes. Qué tiempos aquellos…cuando era pobre.