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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

miércoles, 27 de enero de 2016

El cono de su DRAE

         

Es bien sabido que, cuando uno se accidenta al manejar un vehículo automotor, se debe tener a la mano un triángulo de seguridad. Se debe colocar a cierta distancia, para advertirle a los otros conductores que hay un vehículo accidentado, próximo al triángulo. En vista de que se ha hecho medio difícil conseguir cosas en nuestra Venezuela, pues desde hace tiempo algunos acostumbran a resolver dicha situación con un cono (a falta del susodicho triángulo).

Ahora bien, desde que vi geometría en la escuela, cuando me hablaban de rectas, triángulos e hipotenusas, yo me asustaba…

-¡Eso es demasiado Confucio, papá!- le decía yo, a mi papá.
-Primero, se dice: confuso. Segundo ¡Claro que no, eso es sencillo!-  (mi papá es profesor de matemática, pero ese no es el punto)

La humanidad sieeeeeeeeeeeempre le ha tenido miedo al cálculo, a los números, a los cálculos con los números y a toda cosa que uno no logre entender. Por ejemplo, los pilotos de avión, e incluso los capitanes de los barcos, le tienen mucho miedo al famoso “Triángulo de las Bermudas”. Supuse por mucho tiempo que era un lugar en el que no se vestía Jean, pantalones de vestir ni monos deportivos ¡pero no! Ese famoso Triángulo de las Bermudas, se refiere a una amplia zona del océano entre Florida, Puerto Rico y las islas Bermudas, donde las cosas DESAPARECEN. Así como lo leen (o como lo oyen, si alguien está escuchando).

Probablemente, ante semejante lugar, con semejante fama pseudo-mística-malandra-cleptómana-de ultra tumba-ratera; todo capitán o piloto aéreo desearía poder ver un triángulo o un cono de seguridad, para no caer en dicho “triángulo”. Tal vez Dios, cuando era niño, no sabía cómo resolver algún ejercicio geométrico, donde había un triángulo. Entonces, agarró dicho ejercicio, lo lanzó por la ventana  y… ¡Voilà! Así nació el Triángulo de las Bermudas. Un fenómeno arriba-abajo-al lado- sobre-natural, que nadie entiende y nadie puede explicar.

Asumo que es como aprender un idioma, o cuando se está aprendiendo, no sé… ¡Español! y alguien pronuncia una palabra de forma incorrecta:
-¿Cómo dijiste? ¡Epaaaaa ya va! ¡El cono de su DRAE[1], así no es!
[1] Diccionario de la Real Academia Española. La mamá de los helados, en cuanto a la lengua castellana se refiere.

¡Sí señor! Como lo han visto aquí, EL CONO DE SU DRAE. ¿O acaso no es culpa de la DRAE la nueva introducción de palabras que tiempo otrora, no tendrían cabida en la boca de un intelectual, por más alcohol etílico que tuviese en su sistema sanguíneo? Que si rompido, basurita, bloguero, murciégalo y hasta bluyín. ¡Sí! ¡Bluyín! ¡Con “i griega[2]” y pegado!
[2] También se pronuncia esta letra como ye (y).

Cuando en Venezuela, en la isla de Puerto Rico, en las calles de República Dominicana o en las tierras de Miami (atestada de cubanos), que pareciera ser una calle de Cuba, uno escucha a un hablante de la lengua Castellana, con ciertas elisiones fonéticas e incluso el más famoso de todos los fenómenos fonéticos, el llamado LAMBDACISMO (que no tiene nada que ver con los lambucios), de pana que provoca sacar un triángulo de seguridad o un cono de esos, bien grande, y pues comenzar a explicarles que, bueno ¡ESO NO SUENA BIEN,VALE! ¡El cono de su DRAE!

Supongo que adentro de la boca de estos sujetos, dentro de lo que es su aparato fonador y toda su composición, existe semerendo Triángulo de las Bermudas, que se lleva cuanta buena palabra está a punto de sonar bien y… ¡SUASH! ¡Desapareció!

Me atrevo a decir que la DRAE ha pecado, dentro de esa mística de darle peso al uso por sobre la norma, de no colocar su buen cono de seguridad, para alertar a los que no hablan bien y  decirles: -Épale, Fulanito. Aguántate ahí. Repíteme la palabra, que eso no se dice así.-

Lástima, debe ser difícil ser miembro de la Real Academia Española y pues…ir manejando el vehículo de la vida lingüística de un idioma tan elegante, complejo y cartelúo como el español…y  no tener un buen triángulo de seguridad (o un cono de seguridad, si no se consigue el triángulo) ¡y sacarlo! Cuando uno escuche, a un accidente de dos patas, hablando a toda velocidad y sin luz de cruce.   
¡El cono de su DRAE!



martes, 12 de enero de 2016

La chapa del CHAPO

        En el mundo de los bajos mundos, al parecer, la gente es feliz. El hecho de observar, como un pran venezolano tiene la oportunidad de salir con súper modelos (o lo que sea que “Rosita” tenga de súper) ,es algo admirable.  Un ministro, un vendedor de tartaletas o un profesor no tendrían chance de hacerlo (quizás estoy exagerando…el vendedor de tartaletas sí…)

En el caso de un país hermano como Colombia, nos brindó a un tal Pablo Escobar que, bueno, llenó de drogas y muertes muchas partes de nuestro continente y del mundo. Fue una cosa muy nefasta, pero al parecer, despertó esa llama de esperanza “a lo Robin Hood” de que todo se puede mejorar. Claro, para que algo mejore, algo debe estar mal. Pero en el caso del narcotraficante Pablo Escobar, en vista de que el gobierno colombiano no gerenció muy bien sus políticas gubernamentales para los años 80[1], llegó este man e hizo muchas cosas malas y aniquiló gente pero…¡Construyó escuelas, canchas deportivas, hospitales, le regaló dinero al que no tenía, le dio helados a los que les gustan los helados y hasta le vendió drogas a los que fuman droga o los que se la inyectan! (no se las regaló, porque negocio es negocio. Tampoco hay que abusar). Convirtiéndose así, en un mártir de los bajos mundos.
[1]Ningún gobierno lo hace, si acaso Dios, allá en el “reino de los cielos”, ya que toda la gente mala, que le cagaría su trabajo, está en el infierno.

Y yo me pregunto… ¿Cuál será la carta de presentación o la chapa, por decirlo de alguna forma, que tienen estos sujetos para entrar al cielo o al infierno? Porque si nos vamos por la cantidad de muertos o asesinados, los ángeles del cielo dirán:

-¡Mándalo pal’ infierno! ¡Pa’ que sea serio!- como quien dice, “como Dios manda”.
Pero si nos vamos por la cantidad de escuelas y canchas deportivas que creó, los ángeles dirían:
-¡Dios, mándalo pal’ cielo! ¡Como tú mandas!

Yo asumo que una persona que construya una escuela DEBE ir al cielo. Si fuese por mí, construyese una escuela… ¡Es más, construyese dos escuelas…! ¡Es más, construyese tres escuelas! (Claro, yo no tengo real ni dólares para revender y tener capital, para construirlas. Pero ese no es el punto).

Ahora bien, todo esto surge para llegar al sujeto en cuestión: Joaquín “El Chapo” Guzmán. A ver… ¿ustedes conocen al “El Chapo”? porque yo solo conocía al Chapulín Colorado, ese súper héroe mexicano ficticio, de carne y güeso, que estaba vestido de rojo con amarillo y nos hacía reír en la televisión. Pensé que “El Chapo”, era una versión más grande del Chapulín y me dije: -Ah OK. Está bien. Fino- Lo que yo no sabía, era que este tal “Chapo”, ES MALO, bigotón, gordito, parece un bollito mal amarrado, pero ES MALO.

Y yo digo: -¿Esa es la chapa del “Chapo”? Porque yo no tengo problemas con que sea mexicano. No tengo problemas con que sea gordito. No tengo problemas con que sea bigotón. No tengo problemas con que coma tamales con guacamole. No tengo problemas  ni con que sea el mayor narco-traficante del mundo. Con lo que SÍ tengo problemas, es que mezcles todo eso y me digas:  

-Ese…es “El Chapo” Guzmán…
-Ya va. ¿Qué? ¿Ese? ¿Eso? ¿Ese es el representante del lado oscuro de la fuerza, allá en México?
-¡Sí, güey! Este es nuestro Darth Vader.   
-Mmm…tremenda chapa, Chapo.

Supongo que con esa pinta, con esa chapa… ¡Irá directo al infierno, señor Joaquín “EL CHAPO” Guzmán! No por su apariencia ni por su nivel de maldad ni por las personas que pudo corromper en el camino de la vida ¡No señor! Sino porque…simple y llanamente…no hizo ninguna escuela. Y tú, ese que lee esto… ¿Vives en un mundo alto o un mundo bajo? Espero que sea feliz…y no tan bajo…
¿Quién me regalará un helado…?