Maelo Ruíz y la Combustión
¿Cuántas
canciones de Maelo Ruiz te sabes? Aja pero… ¿Cuántas quisiste aprenderte por tu
cuenta? Solo pregunto porque al parecer
gracias a la genial mentalidad y creatividad del venezolano, el encendido del
motor de un autobús aquí en nuestro país , no depende solo de gasolina, no,
también necesita, imperativamente, de la fina y melodiosa voz de Maelo Ruiz.
No
importa la hora del día, la cantidad de personas que se dispongan a viajar en
la unidad, si los estudiantes PAGAN o no con tickets vencidos, si hay cola en
la autopista, mientras los choferes tengan su CD del cantante salsero en sus
manos, ¡todo esta bien!
Es
como una magia extraña que circunda en toda la comunidad de choferes a lo largo
y ancho del país, casi que con anécdotas vivenciales de mecánicos diciéndote:
“-Pana, el autobús no
tenía gasolina, compramos un CD pirata de Maelo ahí en la esquina, lo pusimos a
sonar en el reproductor y mira… Ya el motor esta encendido!
A
su vez la voz del cantante a lo ancho de todo el taller: ♫♪Noooooo..que si te
vas yo me muero nooooo…noooooo…por amor de Dios quédate a mi laaaadooo… ♫♪ con
el chofer arrojando lágrimas en sus ojos dedicándole esas líneas de la canción
al Cd, al parecer instrumento más importante que un almuerzo o una tarjeta de
saldo para el susodicho.
Ahora
bien ¿Ustedes creen que Maelo Ruiz sabe que es tan famoso en nuestro país? Peor
aún… ¿sabrá él que su voz “forma” parte de la compleja producción de energía
cinética que transporta diariamente a miles de personas a sus hogares y lugares
de trabajo?
Por
supuesto que si supiera, viniese al país al menos 4 veces al año y regalaría
conciertos gratis a sus eternos fanáticos (tanto a tukkys como a choferes y
colectores), que corean sus canciones aun con el sonido reventando los tímpanos
de los usuarios en las unidades día a día, de aquellos que con especial odio
hacia este género musical (salsa) no hacen más que subirle el volumen al máximo
a sus celulares o Mp3, sin encontrar
solución alguna al pseudo concierto que acostumbran brindar los viajeros
del asfalto.
Lo
único que desean es escuchar la voz de su castigador pronunciando las palabras
liberadoras de: -¡Los que se quedan! Logrando así bajarte en la parada que te
corresponda y despidiéndote con un sutil: -¡Al fin Maelo de miér…coles!
Precisando que ni es miércoles, ni le estas agradeciendo en lo absoluto a este
cantante estadounidense de padres puertorriqueños.
P.S: me gusta la salsa,
pero rayan en lo absurdo, basta!
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