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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

martes, 30 de diciembre de 2014

¿Navidad? Nahhhhhhhhhhhhh...



           No importa la clase social, el dinero, si se tiene una carrera universitaria, café Fama de América “encaletada,”, si NO van a sacar más películas de Rápido y Furioso,  si le preguntas a tu papá un 29 de Diciembre… -¿Qué planes hay para mañana?- y te responde      -¡Comprar cervezas! (con signo de resignación en el rostro), toca reconocer que la cosa está bien jod… ¡Digo! Extraña…extraña, eso. 

Después de sacar un Doctorado en Educación, tener una familia bonita, estar bien de salud, no tener enemigos, uno dice: -Coooooooooooooooooooñ…- algo está pasando.

  Por supuesto, es la primera navidad en la historia de nuestra Venezuela ALCOHÓLICA (el humor siempre será un medio para mostrar la realidad a aquellos que no la ven, de forma sutil. A partir de esto, si un humorista de la talla de El Conde del Guácharo,  Benjamín Rauseo, dice que es triste observar que hay más licorerías que escuelas, señores ¡Hay que creerle!) y ante la crisis político-social-moral-deportiva-tecnológica-estructural-musical-religiosa-educativa-medicinal-Team Jacob -mototaxista-ECONÓMICA, sólo queda preocuparse.  


Al venezolano, sin decirle, lo pusieron a jugar “¿Quién  quiere ser millonario?” Dándole cinco opciones que, bueh…

            Pregunta 15: -¿Será que usted comprará estas navidades…?
Opción A: Los estrenos.                               Opción B: El “niño Jesús”.
Opción C: Hallacas, pan de jamón, pernil.   Opción D: Bebidas Alcohólicas
Opción E: Ninguna de las anteriores.

Según la historia de la navidad, de acuerdo a la forma en que te comportes durante el año, serás digno o no, de recibir un regalo. En mi caso, o en mi casa, debido a que mi mama se la pasa vendiendo rifas durante todo el año, no vino ni Santa Cló* ni el niño Jesús, ergo, no recibí un mísero regalo. Les pido a todos que me den el beneficio de la duda. Seguro que fue por las rifas de mi mamá que no quisieron venir dichos espíritus de la navidad (no vaya a ser que mi mamá les vendiese una), no por mi conducta, no.

   En otro orden de ideas (y así olvidarme de la rifa del mes pasado que aún le debo a mi mamá), dos de los villanos más grandes en la historia del arte culinario, se presentan en la mesa decembrina: aceituna y uva pasa (a.k.a pasita).

*Para los tukys en Venezuela. Para los demás ciudadanos, el común Santa Claus.

Miren que dejar afuera al Grinch, al Coco, al cartero gordito de Turboman y a Cruela de Vil, no está fácil. ¿Ustedes saben lo que es esperar once meses del año, para preparar una delicia navideña venezolana y sacarle dos de sus ingredientes? Pues para eso se comen un sándwich de jamón y queso y ¡listo! Pero bueh. Once meses para un sándwich. Sigamos.

Debemos entender que rechazar a las aceitunas o a las pasitas de la hallaca, nuestro plato navideño a exportar por excelencia, es como rechazar a cualquiera de las etnias que conforman nuestra cultura venezolana: indios, negros, blancos, blancos criollos (que vendrían a ser como los piti-yankees del asunto), pardos y así… mas chinos, tukys, colombianos, ateos, cubanos, rusos, iraníes y cuantos conformen nuestro día a día.  ¿Le van a quitar uno de estos grupos  a Venezuela? Coooooooooño nooooooooo. Déjenlo así. Bueno, si le van a quitar a los chinos o a los cubanos a la hallaca, todo bien.

Pasar todo diciembre entre tumba-tanchos, siete colores, mil colores, fosforitos, cebollones, cebollitas, estrellitas, cohetones, traki-traki, silbadores, reggaetón, no está fácil.  Pero…si lograron desaparecer los “globos del deseo” de nuestro sistema explosivo de pirotecnia venezolano, que le quiten pasas o aceitunas a la hallaca, o chinos o cubanos, es un progreso.

Por cierto ¿Y los juguetes? Pasamos de joder/jugar con metras, perinolas y objetos de béisbol (debido a la cultura traída por los gringos durante la era del apogeo petrolero) a usar mono-patines, celulares, celulares, celulares (porque en esta era digital/tecnológica, se ha marcado y cambiado totalmente a nuestra juventud) subiendo fotos al Facebook, escribiéndose al Whatssap, intercambiando “pines” o robándose el wi-fi, siendo sinceros, una aventura, el buscar descifrar la clave del vecino. Digno de tópico a ser tomado para novela televisiva por Leonardo Padrón en su próxima entrega: “Alejandra sin wi-fi” o algún otro nombre bien novelero.

Esta crisis del 2014 ha golpeado de forma tal el bolsillo del venezolano que:

-A falta de mandarina: cambures

-A falta de ropa para estrenar: ropa que “casi” no usaste durante el año en curso.

-Las doce uvas: sigue leyendo…

-El vino de manzana: Vermole, si fusionas las doce uvas + cualquier bebida alcohólica ¿no tendrías hasta cierto punto, Sangría? Tomate doce sorbos y olvídate de las uvas. 

-A falta de uvas (95% de probabilidad): tranquilos, ponsigué, pegua o mamón, y listo.

- A falta de dulce de lechosa o torta negra: -Epa ¿Qué importa? Sigue tomando Sangría.

-A falta de ponche crema: ¿Tengo que repetirte la palabra Sangría?

- A falta de Pan de jamón: pan francés con mortadela, total. En todo el año venden mini-lunch en las panaderías.

-A falta de propaganda televisiva de Oscar Mayer: recarga el vaso de Sangría, supéralo.

-A falta de música de BILLOS, Pastor López, y así…: la música que coloquen los vecinos, supéralo.

Y así, poco a poco, podrán paliar la situación en estas navidades en nuestro país. Muchos se emocionan por la llegada de la navidad. Pero este año no. Con una realidad tan jod..¡DIGO! Extraña. Extraña de verdad, para encontrar productos y salir adelante, creo que hemos pasado del famoso navidad, al ahora y muy criollo: NAH’ QUE VIDA.   
                                                                                        

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