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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

miércoles, 30 de septiembre de 2015

LOS PROFESORES DE VEANTO

              La justicia, una de las concepciones más complejas que la sociedad pudo llegar a desarrollar, como base fundamental de la paz, hoy está paZada de olvidada, por parte de aquellos, que simplemente PREFIEREN olvidarla. Yo prefiero no olvidar semejante palabra y...viéndolo bien...hoy veo muchas cosas que no cuadran en mi país. Ser profesor universitario en Venezuela, es como ser miembro de uno de los “trescientos” famosos espartanos, allá en Las Termópilas.

-Reinaldo...pero...al final, todos murieron.
-¡Sí! ¡Pero cómo aguantaron! Creyendo en lo correcto. ¡Eso es bajar tranquilo al sepulcro!-

          ¡Aja! Ahí está la diferencia entre esos guerreros de otrora y nuestros guerreros universitarios: unos decidieron dar sus vidas, mientras que los otros...hoy... ¡Están siendo obligados a darla! Ni siquiera las están dando... ¡se las están quitando! Y tanto que la han estado dando, por vocación, en los últimos años, que hoy parecen fantasmas. Son como invisibles. Se mueven con el viento. Su sueldo, ese injusto sueldo, no es muy espartano, pero sí muy esperpento, ya que no les alcanza ni para comprar un gramo de nada, porque hasta la “nada” es para los ricos, en estas termopilas académicas venezolanas. Hoy, más que nunca, estos profesores son de viento. ¡Sí! ¡De Viento! Solo se escuchan sus voces entre pasillos, comedores y salones de clases. Estos profesores de viento, viéndolo bien ¡ni eso pueden proyectar ya! Esa voz que en el pasado te motivaba a luchar para ser un mejor estudiante, un mejor guerrero -¡Un mejor venezolano, chico!- es solo un viento alisio dando su último respiro. Hoy siguen haciéndolo...pero porque esa voz lle en la actualidad como un eco, cuando ser
académico, ser parte de la comunidad universitaria, era casi que orgullo y patrimonio cultural en cada barriada, urbanización y calle de Venezuela.

           Ella, esa profesora hermosa, culta, preparada, con una vocación y un corazón enorme llamada Venezuela, dejó de ser una magnánima profesora, para convertirse en una profesora de viento, pero que hoy día ha mutado, hasta convertirse en una profesora de Veanto. Ya ni su especialidad importa, para esos que hoy derogan el poder. O sea, VEAN TO’ lo que sufren, por una mejor patria, construyendo buenos y aptos ciudadanos, a pesar de no poder comer bien. VEAN TO’ el sacrificio, para crecer como individuos e innovarse entre sus pares, estudiando tanto, para no ser reconocido, por un monstruo llamado INJUSTICIA. VEAN TOda la roncha que sufren, cuando se les va la luz en el salón de clases. VEAN TO’ lo que la autonomía universitaria ha aguantado...tanto... que ni los espartanos hubieran podido sostenerse de pie, así, ante semejante desigualdad. VEAN TO’ lo que el viento trae hoy a tu vida, a tu realidad 2015, cuando el viento mismo...fue el que se lo llevó...

           Mis profesores de viento...hoy no son mero viento... ¡Hoy son vientos huracanados! Llenos de esperanza, en esta zona inter-tropical...a la que llamamos Venezuela. Su lucha es más que justa, ante este monstruo tan injusto. ¡Fuerza, carajo! Para que sus aires permitan seguir moviendo las velas de este bote educativo hacia una mejor calidad de vida, en esta Termópila de Norteamérica del Sur.

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