Desde
hace mucho tiempo (como 18 años exactamente) el planeta tierra entró en un
estado cíclico, retrógrado, antagónico a lo que uno conocía como: normalidad. El
poder de los vientos delicios del norte, en conjunto con los vientos lambucios
del sur, hicieron que el pedacito de tierra en el que se encuentra mi país, entrase
como en trance (que vendría a ser mi definición teórica-técnica, científica y académica
del asunto).
Cuando
no tenía conciencia de las cosas, los casos ni las casas de las otras personas,
solo creía en la existencia de Dios y
de esos seres que viven afuera de nuestro planeta. Esos seres llamados “extra-terrestres”
que, según creyentes, existen. En la televisión, veía como dramatizaban su
llegada a la tierra y absorbían a las personas con un rayo espacial (otra de
mis definiciones técnicas) y suuuuuiiisssshhhh[1], eran llevados por los
extraterrestres.
[1] Técnicamente, así suena el sonido del rayo espacial…técnicamente.
Ahora
bien ¿Por qué recuerdo esto y lo escribo a colación? Pues, con tanta gente yéndose
de nuestro país, porque quieren, porque pueden, porque DEBEN, pues comienzo a
sentir que este pedazo de tierra está quedando desulado. O sea, con el sol a un
lado del planeta. Los que están afuera, que ya salieron suuuuuiiisssshhhh, como
succionados por un rayo espacial, seguro están en el lado del planeta donde
ilumina el sol. De este otro lado del charco, del lado desulado, quedamos como
en tinieblas (¡ojo! así comenzó “la creación”…a según…). Todo vacío, a
obscuras, con gente que ya no ve a los ojos. Ya no tienen ojos porque no los necesitan. Somos una nueva
sociedad. Nosotros. El pedacito de tierra.
Los que
estamos aquí porque queremos, porque podemos, porque NO podemos, porque deberíamos
poder, simplemente estamos. Me atrevo a escribir que involucionamos (o
evolucionamos, depende de lo que me diga la gente de Discovery Channel) a una nueva sociedad de venezolanos: la sociedad
ballena.
Una sociedad
que, a obscuras por no tener luz en este lado del mundo, se comunica mediante
ultrasonido. Somos como ballenas desnutridas, o sea, delfines. A falta de
pollo, carne u otras cosas que comían los humanos, nos alimentamos a punta de
sardinas. Mientras no sean suuuuuiiisssshhhh…por los extra-terrestres.
Los extra-terrestres
quizás sí existen. Con rayos espaciales y todo. En un nuevo planeta, una nueva
sociedad, con una nueva abuela en su plegaria, con gente haciendo las cosas distintas.
Las ballenas, en cambio, se la pasan en el fondo de las profundidades de los
mares solos, solas y desoladas. Aquí, también estamos ubicados en el fondo. También
estamos solos y, al parecer, se están acabando las sardinas.
Nunca
había entendido la naturaleza animal. De hecho, nunca había entendido muchas
cosas. Pero en este océano en el que vivimos, puedes observar como individuos actúan
como las grandes ballenas azules o los tiburones ballenas, que abren sus bocas
y consumen plancton (son seres vivos súper microscópicos, pequeñitos, efímeros,
imperceptibles al ojo humano…pero alimentan). En este pedazo de tierra, hasta observas
pirañas, caminando con cédula en mano y haciendo colas. Donde les digan que
llegó un producto (o que se acabó un producto), inmediatamente se les activa
ese instinto de sacar los dientes y echarle muela a lo que se les atraviese. No
puedes sacar un pedacito de comida o algo porque “cha-cha-cha”, te lo quitan. Malvada
conducta animal.
En este
lado desulado, con derrames cerebrales y petroleros por doquier, lo que queda
es seguir nadando en estas aguas. Hay quienes tienen menos esperanza que Dory con su “♪nadaremos, nadaremos♫”,
aun cuando hay gente, aun aquí, tratando de hacer algo. Recuerdo que en Buscando a Nemo, Dory
sufre de problemas de memoria, cosa que yo no veo como un problema, sino como
un poder muy genial. Porque debe ser muy genial, si uno pudiese olvidarse de
todo lo que lo rodea. De los que han sido succionados por un rayo espacial, del
sabor de la sardina frita con limón, del sabor de la sardina frita…cuando no es
freída. Del agua contaminada que con tanta sed nos estamos tomando. Todo, por
ser de esta sociedad…la sociedad ballena.
Estamos
en contacto, quizás en un próximo relato, si no es que…
-Epa
¿y esa luz…?- suuuuuiiisssshhhh
Eres tú, sr. Ballena! =) Muy buena esta entrada; bastante realista y con ese toque que te identifica. Keep writing!
ResponderEliminarThanks Nuciiiiiiiiiii. XD Tú sabes. Dándole un poco de vida al lápiz...para agarrar uno un poquito.
EliminarFelicitaciones, muy fluido e interesante además de realista y oportuno. Exitos
ResponderEliminar¡Muchas gracias señor José Gregorio! Seguiremos pensando y publicando, mientras las ideas fluyan. (y)
ResponderEliminar¡Saludos!
Me gustan las analogías que hiciste rey, una publicación bastante realista con un poco de tristeza debido a los desulados que estamos. Saludos!
ResponderEliminarMe gustan las analogías que hiciste rey, una publicación bastante realista con un poco de tristeza debido a los desulados que estamos. Saludos!
ResponderEliminarGracias Wil! :) Espero poder publicar el año próximo y pues que disfrutes de las ideas, de nuestro propio patio.
Eliminar¡Saludos!