¡Mi momento ha llegado!

       La vida, la vida misma, nos presenta muchas aristas que, con el tiempo, puede que no lleguemos a comprender del todo. Abandonar los estudios, dañar un medio de transporte público, abortar un bebé o simplemente arrojar la colilla del cigarro en el suelo (que luego una paloma se pueda tragar por accidente, y luego a dicha paloma le pueda dar un paro cardiaco en el aire, clavándose en la turbina de algún avión de pasajeros…en el que tú podrías estar sentado…) ¡En fin! La vida misma siempre estará llena de aristas que no lograremos comprender.

Escuchar un discurso neutral, monótono, positivista, lleno de Herbalife-nidad , en un acto de graduación, siempre será criticable, por este humilde servidor. Cuando un entrenador de futbol te comienza a dar un sermón, sobre lo que debes hacer, antes de entrar, desde la banca a un partido de fútbol, ya eso pasa a un segundo plano. Cuando un cajero automático refleja el respectivo “retire su dinero”, pero no te da el efectivo, eso ya pasa a un segundo plano. Cuando, en cualquier parte  de Latinoamérica, se monta alguien en un bus de pasajeros a pedir dinero, ya eso pasa a un segundo plano. Cuando le dices a la chica que te gusta, que ella te gusta, y te responde un sutil “-Te veo como un amigo-”, ya toda mierda pasa a un maldito segundo plano de mierda.

           Es entonces, cuando aparecen sentimientos bonitos de miseria, acorde a cada situación. ¡Disculpen! Sentimientos de MISERICORDIA bonitos, ante cada situación. Por ejemplo, en un acto de graduación académica, lo que más anhelas… ¡Es que se termine! ¡No el acto, el discurso! Así, podrás irte a celebrar el momento. Es anteponerte a tantos momentos de trasnocho, de copias de textos que no lograste sacar. De copias de textos que lograste sacar, pero que no lograste leer. De gases lacrimógenos, que tuviste que aspirar, a la fuerza. De esfuerzos infra-intra-Oshun-Shalom-Maradona-humanos, para llegar al salón de clases, y que el profesor no fuese. ¡Basta! ¡Ya quieres irte!

Quieres comerte al mundo. Quieres comerte la cancha. Quieres comerte a la muchacha que “te ve como a un amigo”, para que sea seria. ¡No a lo Hannibal Lecter, no! Pero ustedes me entendieron. Es su momento. Entender que un ciclo se ha cerrado y que, cuando estás a punto de pasar a uno nuevo, venga algo o alguien y te quiera frenar por unas horas, o unos sesenta minutos ¡Es totalmente inaceptable!

-¡Déjame agarrar el dinero en efectivo e irme, cajero de estiércol! He luchado mucho. He invertido mucho tiempo de vida, para que me salgas con “fuera de servicio”. ¡Es mi momento, vale!

Precisamente, todo pasa a un segundo plano, porque solo te habías preparado para el primer plano. Tenias una idea, un plan, una chocolatina (barrita de chocolatico pequeñito, aquí en Colombia) y, de repente, todo se desborona, como un jabón de pasta, que se desmorona por el agua.

        Llenarse de rabia, odio, ira, enojo o arrecife, es totalmente entendible. Pero, cuando comienzas a entender que, hay que agradecer por estar vivo, que no todo lo que brilla es oro, que tu pasaporte no “ha llegado” por “algo”, quizás es Dios o alguna fuerza adivina, tratando de decirte:

-¡Cálmate… sólo estoy posponiendo tu momento! 

       Así que, si no te han pagado alguna deuda monetaria, ya llegará ese dinero. Si no comenzaste el partido, hoy de titular, ya algún mediocampista zurdo se lesionará la rodilla y tú podrás jugar. Si se montó alguien a pedir dinero en el autobús, relájate, ya se montará otra persona a pedir dinero en tres minutos. Si ella te llegó a decir que no, pues, como diría Chandler Bing, ya otra chica estará lista para rompernos el corazón.

En fin, prepárense para la selfie de la vida, aun cuando el plano no esté enfocado muy bien. Artículo concebido y… ¡Título concedido!

P.S: Felicitaciones a la promoción cuarenta y cuatro (en números romanos, X-L-palito- V) de profesores, especialistas, magister y doctores “Dra. Marcela Ramona Magro Ramos” de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico "Rafael Alberto Escobar Lara", núcleo Maracay. Éxitos para todos ustedes.