Cuando te lanzas en una piscina, un rio, un lago,
una playa, un pozo sin cura ni remedio, un chinchorro, una hamaca, una hallaca,
una cama, e incluso una cama mal arreglada, siempre tomamos una bocanada de
aire, porque lo que se viene es bueno, compai’. ¡Qué bocanada de aire tan buena!
A pesar de que no entendía mucho de la vida, hace
unos veinticinco años, hoy puedo decir, antes de que se acabe el mundo, que
cuando camino me quedo sin aliento, Sinaí. Y es que estamos en un mundo lleno de
gases , gases nobles, vientos peorros delicios... que fulminan relaciones, hasta
gases que expulsan las vacas (que están destruyendo mi mundo vergano), mientras
yo me digo:
-¡Cómo quisiera poder vivir sin aire! ¡Como
quisiera poder vivir sin agua! ¡Me encantaría, quererte un poco menos, pasaporte!
Y es que la vida está llena de espacios,
encuentros, situaciones, recuerdos que, de acuerdo con la chapa que, si vibra o
no vibra, se clavan en nuestros corazones. El planeta, el destino, la
providencia, el karma, y la tinta de mi bolígrafo, esfero, pluma-fuente,
lapicero, están por extinguirse, y eso no lo tenemos que negar.
Sucede que, ante tantos aires de guerra, terremotos,
tormentas, mentas para los malos vientos que proceden de bocas nefastas ajenas
a nuestros seres, los tormentos de una suegra, es difícil que uno pueda pensar
en un buen aire.
Fíjense que cuando un aire húmedo
y cálido (que no necesariamente tiene que salir de una cavidad humana) se eleva,
por ejemplo, desde los mares, y se encuentra con un aire más frio, se forma ese
choque titánico, huracanado, estratosférico que:
-
¡Bueno,
chico! ¿Qué te crees tú?
-
¡Bueno,
tonte! ¿Qué te crees tú, de qué?
-
¿Cómo
que tonte, desairado?
-
¡Ai-Ai-Aire
que me quedo sin aliento, pinche pendejo! ¡Hay que ver!
-
¿Hay
que ver, pa’ qué? ¡Aire libre de humo, mis cojones, gago!
No sé si el diálogo anterior
tenga algo que ver, con algún desastre natural climatológico en alguna costa o
en alguna isla del Caribe, o quizás en una cercanía fronteriza para buscar una
mejor vida, un mejor aire para vivir, cuando no se tiene pasaporte ni alientos
de visa.
Por lo pronto, tocará que
nos armemos de esfuerzo, ahorros, garra, agarremos algo de aire, algo de vuelo,
y nos enrumbemos a algún viaje, visitando una tierra astral al sur de la
Patagonia, para respirar unos aires buenos, de esos que cargan batería, cuando
estamos rodeados de malos alientos. ¡Dale, que yo te aliento! ¡Qué aires pa' buenos!
Imagen tomada de https://www.imdb.com/title/tt0762600/mediaviewer/rm3663929088/?ref_=tt_ov_i
Agarrando aire!!! Gracias Rey
ResponderEliminar"No hay por donde" diría El Chavo del Ocho. ¡Un abrazo!
EliminarGracias ☺️.
ResponderEliminar¡A usted por leerme un ratico! ¡Saludos! :)
EliminarBueno, si hablamos de aires, creo que el tema es extenso jajaja...
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