Esta es una conversa no registrada oficialmente entre dos mesoneros en una
de las sucursales de las prisiones mágicas de máxima seguridad mágica, ubicada
en un lugar identificado, pero no reconocido por un presunto ministerio de
magia en un presunto país mágico, de un continente no-mágico dictatorial:
- -¿Y
esa cara tan pálida? ¿Tú qué?
- -Es
que es mi primer día de trabajo aquí. Y yo pensé que era para trabajar
preparando comida de alta cocina, de alta alcurnia: sushi, deditos de queso mozzarella, arepas
fritas con mortadela tapara, cerdo salteado con alcachofa y trufa, cosas así, no sé.
- -Noooooooo,
papi. Usted agache la cabeza y siga órdenes. Que esto es veinticuatro horas al día,
siete días a la semana con esta gente. ¡Ponte las pilas rápido y quita esa cara,
que ahí vienen con la comida!
-¡Bueno señores, ustedes saben cómo están las cosas ahorita! ¡Mucho trabajo y poco tiempo pa’ estar aclarándole vainas! ¡Ustedes saben ya lo que tienen que hacer, así que vamos dándole pue'!
Con la confianza y experiencia que caracteriza a un mesonero confiado y
experimentado, este le pregunta:
- ¿Y tiene las actas de las órdenes que se pidieron?
-¿Qué actas voy a estar teniendo yo, chico?
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 01.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 02.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 03.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 04.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 05.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 06.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 07.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 08.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 09.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 10.
-¿Ajá y estos? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?
-Esas, pa’ la celda 11.-
Después de cierto rato entre oscuridad y repetición monótona, el mesonero más
nuevo, más imberbe y asustado del lugar pregunta:
-Disculpe, señor -lord-todo-lo puede-lord , ¿le puedo hacer una pregunta?
-¡Eh, eh, eh! ¡Parámelo ahí! ¡!Soy sargento! ¡Te refieres a mi como
sargento! ¿O acaso te meto preso por terrorista, apátrida, incitador al odio, contrabando,
concierto para delinquir y equivocarte tú aquí para conmigo de mí? ¿Esa carita
de…? ¿Tú eres nuevo aquí o te estás escapando? ¿Qué coño quieres?
- No, no, no, mi sargento-lord-todo-lo-puede-lord. Es mi primer día en esta
distinguida y magnifica prisión. Tenía la duda de cuántas celdas hay aquí.
Digo.
- ¿Tú estás viendo aquella patica del cerro que se ve allá? Esa es la celda
final de Holiscoide. ¡Si bien recuerdo, la recién habíamos mandado a
remodelar, así que…sí! ¡Son seiscientas sesenta y seis celdas aproximadamente!
-¿Usted dijo "seiscientas sesenta y seis celdas" señor-lord-todo-lo-puede-lord?
-¡Soy sargento, no señor!
-¡Sí señor!
-¡No te equivoques! ¿Acaso estás
asombrado por ese insignificante número? ¡Prepárate para la cantidad de gente
que vas a ver aquí metida! ¡Y muévela, muévela! ¡Ya basta de preguntas
pendejas, que apenas termines, tocará comenzar a llevarles el desayuno!
-¡Sí, misa’! ¡Digo, sí señor! ¡Sí, mi sargento-lord-todo-lo-puede-lord!
Al alejarse el sargento bocón de mierda, el mesonero asustado y preocupado
se indigna y dice:
-¿Y ahora qué hago con estas bandejas de comida sin las actas? ¿Pa’ ‘ónde Azkaban?