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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

miércoles, 12 de julio de 2017

Dicta-leva-Dura

“Si te preocupas por lo que los demás piensen de ti, entonces te controlarán”. No estoy seguro si Tyrion Lannister, el comisario Woody de Toy Story  o algún maestro Jedi, dijo eso. Puede que lo haya leído en algún refrán mejor escrito o simplemente estoy inventando disparates, pero hoy más que nunca, el poder está viviendo su peor momento en Venezuela (-Yesssss!).

Aparentemente, si llegas a escribir o si llegas a decir algo que incomode mucho a quien pueda estar en una posición de poder, dentro de un círculo social, pues dicha persona comenzará a practicar ese tipo de actividades llamadas “fichar”, “poner en salsa”  o “cazar” a quien haya sido capaz de tan fehaciente  juicio.  En fin, se molestan contigo.

Para medio entender este feeling  que estoy planteando, imagina que vives en el mundo mágico de Harry Potter. Ahora imagina que hay un mago muy malvado. Ahora quítale la nariz. ¿Qué nos queda? ¡Ajá! ¡El innombrable! ¡No! ¡No es el inter galáctico! ¡El otro malvado!

En dicho mundo, el miedo es tal, que  dicho personaje no es llamado por su nombre propio sino con el supuesto “innombrable”. En Venezuela, la realidad que se vive no tiene un color  muy pastel que se pueda escribir. Tampoco, como para expresar que las cosas se están horneando bien. A mi parecer, cuando un panadero quiere preparar u hornear un producto, debe panificars…¡Epa! ¡Planificarse!  Planificarse para que no le falte nada. Mejor aún: para que no se le exceda la mano, al momento de preparar algo.

Si quieres hacer pan, debes tener harina de trigo, azúcar, energía para amasar y…levadura. Si usas todos los ingredientes correctamente, amasas la masa como debe ser y horneas en el tiempo estipulado, tendrás un buen pan. Ahora bien, ¿Qué pasa si no queda bien horneado? ¿Qué pasa si la masa no “levanta”? ¿Qué pasa si no te preguntas nada en la vida? Siempre es bueno preguntarse cosas. Sobre todo si no se entiende algo. Por ejemplo, al tomar dictado, desde niño…

Llega la maestra de 3er grado y dice:

-Bueno chicos, vamos a tomar un dictado.- a lo que sale un niño…
-¿Una qué, maestra?
-Un dictado, muchachos.
-¿Una qué? ¿Dictadura?- comenta otro por allá.
-¡No! ¡Dic-ta-do!
-Maestra, ¿Qué es una dictadura?- (por cierto, esos niños son bien preguntones).
-¡Ssshhhhh! ¡Silencio niños! ¡No repitan esa palabra!
-¿Cuál, maestra? ¿Dictadura?- replica una niña comiendo torta.
-¡Ssshhhhh! ¡No más! ¡Cuento cinco y todo el mundo en “posición de descanso”!
-¿Y el dictado, maestra?
-¡Silencio, dije!!! ¡Aquí se hace lo que YO diga!
-Maestra, ¿y podemos decir dentadura?- pregunta levantando la mano otra criatura.

-¡Silen…eh, sí! ¡Esa sí! Esa palabra sí la pueden decir. Ahora, haz silencio por favor. Comenzaremos el dictado.-

 ¿Se imaginan a un chef o un panadero que no sepa seguir recetas? ¿Qué nunca haya preguntado nada? ¿Qué no haya tomado dictados nunca? Porque manque sea a la abuela, tuvo que haberle preguntado…

-Abuela, ¿qué le echas tú a ese guiso?
-Na’ guará, mijo. Yo no te voy a decir pero te lo puedo dictar.
-¡Fuego, abuela! ¡Dele, que son pasteles!
- Levadura, tomate, carne, sal marina, y orégano.  
-Díctamelo otra vez, abuela. Que no escuché bien. Le-va-¿qué?…-


Hoy nuestro pueblo y nuestras escuelas se encuentran en una encrucijada histórica. Actualmente nos levantamos como una “masa” de personas que no aguanta tanto calor del horno y, estos que hoy dictaminan sentencias injustas, hoy declaran ingredientes a diestra y siniestra. Aparte de no ir acorde con la receta, no han entendido que se les fue la mano al echarle mucha levadura a la mezcla y, dicho pan… se ha levantado. 

                                          ¡Niños preguntones,sigan levantando sus manos!

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