Todos estos individuos, reales, no reales, ficticios, no
ficticios, dibujados, verdaderos, súper editados, desinfectantes o no, siendo traídos a tu mente como recuerdos en
este día, son solo una afirmación de que existió un problema, y ahí estuvieron ellos para resolverlo. Un problema.
Una solución .Un rescate (aunque no haya habido ningún secuestro).
Esta reunión de casi todos los héroes que conozco, a
partir de ese universo de milagros, donde cada uno dejó su magia (o que aun la
dejan como Arango, Cristiano o Messi) quedo tan, tan, tan heroica, que solo me
queda preguntar: ¿Y quién nos salvará ahora? ¿Ah? Planteo esto ya que, como
venezolanos (pasando del mundo imaginario al real), estamos en una situación
algo compleja. El dinero no alcanza. No alcanza el dinero. Te matan, porque el
dinero no te alcanzó para tener en el bolsillo, al momento de ser robado. Te
endeudas. No puedes pagar. Te quita tus cosas el banco…o la vida, la
delincuencia. Pierdes. Roban. Te roban. Roban (los corruptos). Juegas la
lotería. Pierdes. Juegas otra vez. Vuelves a perder. Juegas la lotería, de
nuevo. Pierdes. No entiendes. Vuelves a jugar. Pierdes. Sí entiendes. Te haces
el loco. Vuelves a apostar. Fin.
¿Podemos catalogar a un vendedor de chupis como héroe?
Porque si cada vez que estás montado en un autobús, muriéndote de la sed, se
monta uno de ellos y vende los susodichos, podemos suponer que salva el día. ¿Y
aquella persona que presta un lapicero en algún ente financiero? ¿Héroe? ¿El
vendedor de bolsas…cuando te diriges a algún supermercado en Venezuela y no te
entregan bolsas plásticas para guardar tus vainas?
Es por eso que yo propongo, como héroes nacionales en nuestra
tierra, la creación de dos personajes que nos representen día a día, resolviendo
nuestros problemas: Súper Fiscal y Súper Acento.
¿Por qué Súper Fiscal? Simple. ¿Se imaginan a un carajo
que, siempre que un conductor se “coma la luz[1]”,
le coloque una multa en vez de matraquearlo? Claro, que también aplicase a
atropellos a peatones, aceleraciones desmedidas por el hombrillo, colas y
choques cuando se va la luz de los semáforos, etc. O sea. Un carajo que no tome
café ni bebidas gaseosas, nada que ver.
Que tenga dinero en efectivo, solo para la gasolina de su moto o
vehículo. Inquebrantable como él, ¡nadie!
En lo que respecta a recibir sobornos.
Por su parte… ¿Súper
Acento? ¿Y cómo no, pues? Con tantos errores gramaticales que observamos
en la sociedad, me imagino a un superhéroe que, ante el desastre lingüístico y
moral (así como otros problemas complejos que tenemos como sociedad),
apareciese de la nada y dijese…:
-¡Epaaaa eso lleva acento!...- o de repente va caminando
(o volando) y observa en una ventanita en algún barrio, a una señora como de 22
años, con 4 bebés y uno en gestación, escribiendo una palabra en una cartulina…
-Miraaaa, se escribe MAYONESA, NO BAYONESA.
Que cada vez que dicho héroe se montase en un autobús o escuchase a un
transeúnte, hablando con esos accidentes lingüísticos estilo: fenómeno fonético
“cambio de la R por la L…[2]”, les
dijese…
-¡Hey hey hey! A mí
no me importa si tienes mucho calor, si no encuentras empleo en una empresa, si
la situación en el país está “difícil”, (a pesar de la cadena de plata y los
zarcillos que vistes), aquí ¡Me hablas bien! Repite conmigo: TARRRR-DESSS.
REPITE, VEN… ¡TAR-DES!…Eso. Sigue vendiendo tus chupis-chupis “mata-caloR” y NO
“mata-calol” con tostón.
Además, a los sujetos que trabajan como colectores en
los autobuses de transporte urbano, los capturase y enviase a un centro de
rehabilitación conversacional, para que dejen de decir “Ga-racas, ga-racas, ga-
racas” y digan con orgullo, de forma correcta, el nombre de nuestra capital
venezolana: CA-RA-CAS.
Es una humilde propuesta la mía, considerando que hay
muchos otros héroes (abuelas, abuelos, profesores, maestros, doctores,
vendedores de caramelos de jengibre, etc.) que están haciendo lo posible por
salvar nuestro universo, nuestro planeta, nuestra Venezuela, nuestro día a día.
Ahora bien, que dentro de un supuesto universo heroico, fuesen Súper Fiscal y Súper
Acento los menos atractivos para mover a las masas, solo nos
indicaría que nuestra idiosincrasia venezolana es una villana muy, muy fuerte,
que entre todos…con o sin poderes…debemos derrotar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario