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La Frase de mí Tío

"La precisión...no es casualidad"
Enríque García

domingo, 5 de abril de 2015

LA GARRAPATA ALEMANA



    ¿Alguna vez has visto una garrapata? ¿Y alemana? ¿No? Yo tampoco. Pero tengo la esperanza de verla algún día. Esteeeeee… ¿Y un perro de raza pastor alemán? ¿Sí? Pues bien, no creas que porque un animal, cosa o persona, tenga una cierta denominación, tiene habilidades acorde a dicha denominación. Por ejemplo, un pastor alemán, no significa que fue traído de allá o que habla alemán, como nosotros los humanos (el que hable esa vaina, pues). Ni tampoco hay que ponerse a decir o creer que, si hizo su necesidad fisiológica a.k.a. “número dos”, hizo una necesidad fisiológica “alemana”.

            En vista de esto, no debemos considerar sus ladridos caninos como ladridos “alemanes” o, si llegamos a ver alguna garrapata, decir que tiene una “garrapata alemana”. No.
            La cuestión es que, al usar adjetivos, dentro de su razón de ser como ente ontológico, (¡Chanfle! ¡Qué palabra!), le das una cualidad al objeto o sujeto, del que se refiere en una oración. Esto que escribí, suena tan complejo, que ni se por qué lo coloqué. Yo “creo” que está bien, por eso seguiré escribiendo. Dentro del mundo de la Morfología, ese es el uso de un adjetivo; describir, indicarnos una habilidad o cualidad, de quien se habla. Y yo pregunto ahora, ¿Qué pasó con los alemanes? ¿Qué hicieron ellos, para asombrarnos cada vez que los escuchamos en una frase? Busqué un libro de historia universal, leí sobre la primera guerra mundial, la segunda guerra mundial, el mundial de fútbol Brasil 2014 y los helados Häagen dazs y me dije: -Ok… está bien... Los panas le ponen.

Es la misma situación con el supuesto “innombrable” en la saga de Harry Potter, el disque sin-nariz de Lord Voldemort. O sea, que adjetivo. Lo llaman durante toda la película por el dicho seudónimo, solo porque “trató” de matar a Harry. ¿Y si eso no fue lo que pasó? ¿Y si la cosa nos la pintaron de otra forma? ¿Ahora uno no puede sostener a un bebé y dejarlo caer “accidentalmente”, que se haga una RAJITA en la frente, porque ya uno es innombrable? O sea. Hay que respetar.

En otro orden de ideas, yo considero que hay que darle su justo valor a las cosas. ¿Cómo se sentirían todos los animales del mundo, con sus parásitos incluidos (garrapatas, piojos, solitarias, etc.), si hablasen y entendiesen, y les dijesen que no tienen comparación con sus similares germánicos?

O sea: las termitas de cualquier país Vs Unas termitas alemanas.
                                Un rock-güailer Vs Un rottweiler alemán
                          Una tortuga marina Vs Una tortuga marina alemana.
                     Una ballena “asesina”  Vs Una ballena “asesina” y alemana.

Todos somos importantes por igual. Los animales TAMBIÉN son importantes por igual. Hasta los que llegan a ser presidentes de un país, son importantes por igual. Ahora, que a veces se comporten como garrapatas o sanguijuelas, succionando las riquezas de una nación a costa de un pueblo, humilde y trabajador, que no tiene como defenderse de semejante ataque parasitario, es otra voz.
 Por ejemplo, si Venezuela fuese un país, y estuviese lleno de parásitos o políticos, no sé, así como garrapatas, pero alemanas, lo menos que deberíamos hacer sería traerles un champú gigante anti- garrapatas. Probablemente de marca alemana. Con ese champú bastaría. O una ballena asesina, ¡PERO ALEMANA!, que los espere en la costa cuando se dirijan a la playa.  

Supongo que si existe un sujeto llamado El encantador de perros, debe haber uno, pero alemán. Y como debe ser arrecho, seguro no trabaja solo con perros, sino con animales de todo tipo. Si pudiese, le enviase a nuestro Turpial, como ave emblemática de nuestra tierra, junto al caballo blanco de nuestro escudo nacional. ¿Para qué?  ¡Pues para que los ponga a valer! Dan tanta lastima. Nadie sabe nada de ellos. De repente, le cambiaron hasta el cuello a nuestro caballo y todo empezó a perder sentido en el país. Quizás dicho entrenador alemán (si es que existe), pueda voltearle el cuello hacia atrás, para que ese caballo vea no solo el excremento (así como la cantidad) que ha dejado regado en el suelo, sino que vea como está el país, uno que él, junto a Simón Bolívar, cruzaron juntos mientras nos liberaron de los españoles durante la época de la independencia. (Y menos mal que fueron españoles y no alemanes, si no pues ¿cómo hubiésemos ganado?)

Por su parte, las garrapatas que hay en nuestra Venezuela, no son alemanas, así que aún tenemos esperanza de erradicarlas. Poco a poco. Con calma. ¿Que se esconden? Pues las encontramos. ¿Qué dan asco? ¡Pues una pinza o colóquese unos guantes! ¿Qué si te muerde? ¡Pues vacuna contigo! (aunque no hay que preocuparse mucho, con NO ser corrupto, basta y sobra). ¿Qué si no sé dónde colocarlas? ¡Pues en un potecito con kerosene/querosén/kerosén o gasolina! Total, este es un país “petrolero”.

Pregúntate… ¿cuándo fue la última vez que viste una garrapata? ¿Era alemana?
                                       


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